3.1 Santa Cruz de la Loma
Para comenzar una narración hay que trasladarse al primer momento: para recordar hay que desrecordar»; rememorar es ir ignorando vestigios acontecidos hasta llegar al inicio de las cosas. El inicio de las cosas es la memoria (Fernández P. 2004).
Cuando llegó el día de la inauguración, a eso de las cinco de la tarde en un día nublado de agosto, comenzaron a llegar mujeres con pasteles decorados y postres llamativos entre sus manos. Primero llegaron tres mujeres, luego fueron llegando más, la cantidad de bocadillos fue aumentado sobre la mesa adornada; el edificio lucía paredes de color beige recién pintadas, los muebles eran escasos aún y sólo figuraban una cuantas sillas y un escritorio.
Minutos más tarde había gente por todo el renovado edificio que albergaba la delegación municipal de Santa Cruz de la Loma, mejor conocida como “Tepetates”. A las afueras del inmueble se hallaba más gente sentada en los jardines de la plaza; las nubes comenzaban a amontonarse y la lluvia parecía inevitable, sin embargo, los truenos no alcanzaban a opacar el sonido de mariachi que salía de las nuevas bocinas instaladas en el quiosco de la plaza.
Justo una hora después ya caía una tormenta y todos se concentraban en el edificio, con los cuerpos apretujados, emitiendo calor para mitigar el frío aguacero. En cosa de un rato el acto de inauguración comenzaba, el delegado dio unas palabras de agradecimiento a la comunidad y al gobierno por la rehabilitación del espacio.
Este lugar concentra las instalaciones de la delegación municipal de la localidad. Su estructura eran dos oficinas, un pasillo que albergaba el escritorio de la recepción y un amplio jardín que contenía algunas plantas que le daban vida a aquel edificio.
Con la remodelación, parte del jardín se convirtió en un salón de usos múltiples, donde la gente podría realizar diferentes actividades e idear nuevas formas para apropiarse este espacio. Por ejemplo, las señoras que llegaron con los pasteles toman clases de repostería ahí, otras toman clases de zumba y ballet; mientras que los adultos mayores ya se están organizando para formar un grupo.
Tras la participación del delegado tocó la intervención de Wendy, integrante del Consejo Social de Santa Cruz de la Loma; su discurso comenzó partiendo del origen, haciendo referencia al momento en que se solicitó la renovación de la delegación.
Apeló al recuerdo y a la memoria (porque recordar es re-cordis, es decir, pasar de nuevo algo por el corazón) lo que sucedió aquel día para que las cosas estuvieran como hoy se están estrenando; contó que en el piso de la delegación tenían regados diversos materiales para la elaboración de bolsas de tiendas departamentales. Durante los últimos meses Wendy se había capacitado para aprender el armado de estas bolsas. Una vez que aprendido el oficio, capacitó a otras señoras de la comunidad con el fin de que en un futuro las empresas llevaran el trabajo a sus casas y ellas pudieran obtener un beneficio económico. Mientras eso sucedía todas juntas podrían aprender y trabajar en el pasillo de la delegación.
Mencionó que aquella tarde hubo una visita del Consejo Municipal de Participación Ciudadana, que se hacía acompañar por funcionarios y el Coordinador General de Participación Ciudadana, y uno de los consejeros preguntó: “¿por qué hay material regado por todos lados?” Ella respondió que no tenían otro espacio en dónde ponerlo, ni dónde desempeñar esas actividades, y se ajustaban a las condiciones que tenían, y que alguna vez habían solicitado tener un espacio para actividades comunes, pero sin haber tenido respuesta. Sin embargo, en su relato menciona que sólo lo dijo para justificar aquel tiradero y con tono de queja, pero en el fondo con la mínima esperanza de ser escuchada.
Y es que para manifestar un suceso es necesario apelar a la memoria, al origen, porque en el inicio está la esperanza, la luz, la posibilidad y el nuevo comienzo; aun cuando se había apoderado la desesperanza en ella. El otro sentir era el de la satisfacción y la alegría de haber logrado ser escuchada, y el tercero era el sentir colectivo de los que estaban allí dispuestos a compartir el sabor de su aprendizaje en el nuevo edificio, ya no sólo hecho a la medida de los trámites gubernamentales sino que ahora es flexible, manejable a las necesidades de los usuarios, que con el uso cotidiano, lo irán haciendo cada vez más suyo.
Construcción del salón de usos múltiples anexo en la delegación con una inversión de 300 mil pesos.
