3.3 Una banda eléctrica en Santa Fe
Cerca de 50 mil personas transitan todos los días por la avenida Américas del fraccionamiento Hacienda Santa Fe, ya que ahí se encuentran las paradas de los camiones que salen hacia Guadalajara, además de que cruza con la avenida Concepción y está una gran tienda comercial. La problemática es que esa calle de las Américas tiene una inclinación un ángulo de 60 grados. Es decir, una inclinada bajada y subida, porque una parte de Hacienda Santa Fe fue edificada en lo que antes fue una pequeña loma. Por ejemplo, imaginen si alguien quiere tener una vista completa de todo el valle de Tlajomulco sólo tiene que subir hasta la explanada de la iglesia y verá cómo está conformado todo el territorio.
Mi papá Servando y yo, todos los días transitamos por ahí (cuenta Luz) para tomar el camión, veo que le cuesta algo de trabajo el andar, sin embargo, saca ánimos de donde sea y lo logra, aunque el regreso es diferente porque la subida sí es complicada, y ni los mototaxis quieren subir a las personas por esa pendiente, porque hasta su motorcito se cansa.
Cuando formaron los Consejos Sociales acá en el fraccionamiento, decidí inscribirme y participar (sigue relatando Luz) para ver qué se podía hacer por nuestro clúster. Sé que Santa Fe a diferencia de otras localidades de Tlajomulco es muy reciente, pero aquí vive tanta gente y a ratos hace que siempre se necesiten cosas. Entonces, una vez que se conformaron los consejos se comenzaron a hacer reuniones mensuales, en las instalaciones del DIF, donde asistían representantes del gobierno y todos los presidentes de los consejos y asociaciones vecinales de los 56 clústeres del fraccionamiento.
Muchas reuniones se nos fueron en tratar de conocernos y ponernos de acuerdo en qué íbamos a hacer por nuestra localidad. Un día quedamos en el acuerdo de que pensaríamos y traeríamos una propuesta para poner sobre la mesa junto a los del gobierno para ver cómo mejorar nuestro entorno.
Después de llegar a mi hogar, me puse a buscar ideas, de pronto encontré un proyecto que habían desarrollado en Colombia: bandas eléctricas públicas, allá vivían entre lomas, lo que ocasiona subidas y bajadas muy pronunciadas, además de un alto índice delictivo. La conclusión del proyecto fue facilitar el tránsito diario de los habitantes, funcionó como atractivo turístico y lograron bajar los índices delictivos. Después de revisar el proyecto, de inicio me dio risa de tan solo imaginar una cosa así en esa avenida.
La próxima semana llegó el día de la reunión, estábamos todos ahí sentados esperando que llegara una de las autoridades del gobierno, en mi cabeza sólo estaba la idea de una banda eléctrica. Me sentía muy cansada porque acababa de pasar por ahí.
Deberíamos hacer un parque, se escuchó al frente de la fila de consejeros ahí reunidos, yo creo que una banqueta se escuchó tras de mí, también podríamos gestionar una cancha dijo alguien más. Cuando mi turno llegó dije: una banda eléctrica en la avenida Américas, en la cuesta… Primero hubo un silencio y las miradas desconcertadas de todos, después se escucharon algunas risas burlonas. Los del gobierno, sobre todo los de Participación Ciudadana, también quedaron asombrados por mi propuesta y alguien que los acompañaba asintió con la cabeza, sin parar de tener una sonrisa en la boca.
Por un buen rato les expliqué que había proyectos así en Colombia, en Barcelona y en otros lugares del mundo, que en realidad era una necesidad, ya que había personas a las que se les dificulta la bajada y pues más la subida, les pregunté que si nunca han visto cómo hasta los camiones tienen que bajar gente para poder subir por ahí. Con un ánimo de entender la situación y con otro de desconcierto, quedó el proyecto en la mesa. Pensé que no pasaría de ahí, de las risas de los vecinos y de las carpetas de los del gobierno.
En la reunión siguiente el tema no se tocó, sólo se dijo que se les daría seguimiento a los proyectos. Me desanimé, pero no quedaba más que esperar y por mientras me seguí sumando a las acciones de limpieza y poda que comenzaron a organizarse en el fraccionamiento.
Un mes después nos llamaron para presentarnos las propuestas de los proyectos que eran los finalistas para entrar en las acciones sociales. Primero mencionaron que la banqueta sería un hecho, se repararía, me dio gusto porque al menos tendríamos una banqueta adecuada para caminar, pero por otro lado murió mi esperanza de la banda, ya había quedado lo de la banqueta y lo más seguro es que el otro proyecto fuera un parque o algo así.
Los arquitectos dijeron: traemos el render del proyecto completo que se pretende desarrollar. Pronto lo mostraron y en él vi que era la banqueta y en conjunto una banda eléctrica, ¡sí la banda! No podía creerlo al igual que los demás consejeros que estábamos ahí.
El proyecto sin duda ha tenido respuestas positivas y negativas, pero no ha quedado en la indiferencia de nadie, sé que es un primer paso para el rescate de nuestra ciudad, sé que la ciudad debe ser funcional también y sé que como ciudadano puedo proponer y lograr que quiero que pase con el lugar que habito.
Instalación de una banda eléctrica en Hacienda Santa Fe y rehabilitación del ingreso Las Américas, contó con una inversión de 3 millones 500 mil pesos.
