Niño jugando

4.6 La Aldea Infantil

Capítulo:
Para crear una mejor versión de lo que tenemos

La primera vez que la aldea infantil abrió sus puertas fue en el año 2008, la finalidad era ofrecer terapias de rehabilitación física a niños, sin costo para los padres. La idea surgió después de que la maestra Rocío dejara de laborar en el DIF Municipal de Tlajomulco.

La maestra Rocío, sabía que el DIF Municipal estaba rebasado, tenía demasiada demanda y los recursos a veces eran insuficientes. Tras un tiempo de meditar la idea e inquietud que la maestra tenía desde su salida del DIF, decidió emprender la idea de La Aldea, un espacio de terapia física, motriz y emocional para niñas y niños con discapacidad.

Desde los primeros días comenzó a buscar donativos, acudía con empresarios, gobiernos y amistades, buscando que entre todos se hiciera un bien a la comunidad de Tlajomulco. La respuesta fue favorable, a veces se lograban más, otras veces menos, pero la voluntad de la maestra era mayor.

Ella, al reunir una cantidad de dinero, rápidamente buscó un lugar que dé inicio fue improvisado, pero que en él se podían albergar las ilusiones de muchos niños, niñas y padres, cuando sus hijos recibían atención.

Al poco tiempo la maestra logró encontrar un espacio más adecuado. La casa cuenta con un recibidor, escritorio y sillas, posteriormente un amplio patio y un corredor donde se colocan algunos colchones para dar la terapia a los niños y niñas. Diariamente se atienden a cerca de ochenta niños y niñas, algunos de ellos tienen estancias cortas y otros llevan más de cinco años asistiendo periódicamente. Los servicios son terapias motrices, de lenguaje y psicológica. Algunos padres realizan donativos económicos o en especie, sin embargo, la institución no cobra por sus servicios.

Por todo el municipio la maestra encuentra niños, niñas y padres que la saludan y la ven con gran aprecio, menciona Gerardo, quien brinda su servicio para dar rehabilitación a los niños de forma gratuita. La maestra Rocío durante años ha dedicado su vida a la labor de la rehabilitación y su trabajo en el DIF fue un parteaguas, dado que es ahí donde conoce a diferentes personas que requieren las terapias que en la aldea se ofrecen. Ella funge entonces como una conexión entre otras asociaciones, empresarios, comunidad y gobierno para hacer posible el funcionamiento de La Aldea.

Gerardo nos cuenta que hace algunos años el techo de la casa se desplomó, fue un momento crítico y lleno de incertidumbre, no teníamos los recursos económicos, pero sí voluntad de todos aquellos que nos conocían, al menos eso nos motivaba.

Ante la situación que se vivía en la aldea infantil se pensó en meter un proyecto en las acciones sociales. Tanto la maestra Rocío como los padres de familia y personal elaboraron uno, en el que se hacía la petición de la construcción del techo de la aldea infantil. Al poco tiempo tuvieron respuesta el Consejo Municipal de Participación Ciudadana y la Coordinación de Participación Ciudadana y Construcción de Comunidad, ellos dieron el aviso de que La Aldea era una de las elegidas para los proyectos de acciones sociales. El techo sería una realidad, los padres brincaron de alegría pues volverían a regularizarse las terapias y la estancia sería más digna.

Actualmente La Aldea y la maestra se han convertido en un lugar de referencia para toda la zona de la cabecera municipal, la ribera de Cajititlán, Circuito Sur y lugares aledaños que es donde ha dedicado su labor.

La Aldea sigue albergando la esperanza de muchos niños, niñas y padres de familia. Porque entre sus historias se escucha de todo: hay niños que aprendieron a hablar y a caminar, aun cuando su pronóstico no era favorable.

 

ACCIÓN

Construcción del techo de la Aldea Infantil en donde se invirtieron 150 mil pesos.

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