Señora en bicicleta por Lomas del Mirador

5.4 Lomas del Mirador y los viajes en bicicleta

Capítulo:
Lo vivimos y lo disfrutamos

Largos hilos cuelgan de un edificio a otro; soportan piñatas y adornos navideños, la época navideña se hace presente y cada año los adornos salen de las cajas para ser desempolvados y lucirse. Los vecinos de los edificios de Lomas del Mirador se organizaron para tener tradicionales posadas en el condominio y además adornar las calles con iconos motivados por las fiestas decembrinas, dentro de este condominio brillan ilusiones, pero estas se agotan en cierta manera cuando llegan a los límites del terreno baldío que está detrás de las escuelas.

Este terreno hasta ahora ha sido tierra de nadie y tierra de todos, porque nadie responde por su mantenimiento, pero sí para apoderarse de el y cometer actos vandálicos. Este espacio separa a dos etapas de Lomas del Mirador. El gran terreno está lleno de cualquier cantidad de objetos que guardan esos espacios en los que todos hacen uso de el: basura, muebles viejos, cables, alambres, animales muertos, maleza, hasta un auto abandonado donde los niños al salir de la primaria se meten a jugar para simular una gran carrera de autos. Pero el terreno también tiene diferentes usos como el paso peatonal, cancha de fútbol, o el área ideal para el uso de las bicicletas de montaña.

La escuela primaria María Del Carmen Millán se encuentra a un lado de este terreno, al salir los niños de sus clases corren primero a este terreno a jugar, situación que preocupa a los directivos de la escuela, porque consideran que los niños se pueden lastimar con los raros objetos que a veces se encuentran por allí tirados. De ahí decidieron presentar una solicitud de intervención del área a la Coordinación General de Participación Ciudadana y Construcción de Comunidad, para que se tomara en cuenta en el Presupuesto Participativo y el espacio se convirtiera en un parque seguro y en una cancha.

En pocos meses el lugar comenzó a cambiar su cara: se fueron levantando rampas de diversos tamaños apropiadas para hacer todas las acrobacias y saltos que se logran como una bicicleta, aunque el proyecto no se refería a rampas de BMX sino a un nuevo estilo deportivo que los niños podían practicar, pues se proyectó una pista de bicicross, donde no sólo se trataba de dar saltos y trucos sino de hacer carreras alrededor del circuito. También se colocaron lámparas y se instaló una estela para indicar el título del parque, pero antes de que esto sucediera, un vecino fue y con pincel y aerosol dibujó una persona con su hija montando una bicicleta, usando tonos azules y negros, se decidió que no se borrara y se quedara como una celebración a la voluntad y la creatividad ciudadana.

Para inaugurar el Tlajocross se realizaron una serie de actividades que estaban enmarcadas en el Sexto Foro Mundial de la Bicicleta (FMB6), de la que Tlajomulco fue una sede preparativa para lo que iba a suceder el 23 de abril en la Ciudad de México.

Entonces se decidió realizar una rodada en bicicleta que comenzó en la glorieta de la Av. Nuestra Señora de las Mercedes con la intención de mostrar a los asistentes los proyectos realizados en la zona a partir del presupuesto participativo, cuya esencia consiste en que cada uno fue diseñado desde la perspectiva del urbanismo táctico, es decir, una metodología donde la ciudadanía participa desde el inicio hasta el final de la ejecución de un proyecto, de esta manera, ya en el producto final las personas logran una relación significativa con la obra y existe una mayor apropiación.

De Boulevard Colón se pasó por Avenida Brasil en dirección al Chivabarrio y los arcos que marcan el fin de Hacienda Santa Fe y el inicio de Chulavista, "La Frontera" le llama la gente. De ahí se dio vuelta por Boulevard Chulavista hasta el Cerro del Gato, para después bajar por Avenida Monte Sevilla, donde Marcos, un niño de Lomas del Mirador explicó el mural participativo llamado "Naturarte", que consiste en una recreación de la fauna marina y la de la sábana que pintaron de manera colectiva con el Colectivo Oniric. De ahí la caravana de bicicletas se deshizo, las hebras de aquel hilo ciclista comenzaron a dispersarse como motas de un diente de león al entrar al espacio del Tlajocross.

Los niños no esperaron ningún acto protocolario para probar la nueva pista de bicicross, tampoco preguntaron si se necesitaba una bicicleta con características especiales para correr en la pista, había bicicletas de todo tipo, hasta aquellas que cuentan con una parrilla, y entonces de a dos se montaron sobre las rampas. Otros niños vieron que era más útil correr el circuito y en una especie de masa de felicidad se fundieron corredores y ciclistas, imaginen 100 niños corriendo en círculos en una felicidad desbordada. Todos en una bola de carcajadas inauguraron la pista a la par que una banda de rock local amenizaba el acto.

La actividad inició a las 5:00 de la tarde el jueves 23 de marzo. Vecinos, funcionarios y visitantes se montaron en sus bicicletas, comenzando en la glorieta y luego tomando la Avenida Colón, haciendo paradas en las estelas y murales de la entrada de los clústeres. En cada estela había una persona que explicaba la razón por la que decidieron pintar tal cosa en el muro. Fue un momento para conocer cada uno de los afectos y relaciones simbólicas que los habitantes de Santa Fe van construyendo en esta nueva ciudad del valle.

Pasado el tiempo, el espacio del bicicross padeció un conflicto entre los que practicaban ciclismo y los que jugaban fútbol, por lo que el consejo social emitió una segunda petición a través del presupuesto participativo para consolidar el espacio y que con ello fuera más armónico el nuevo espacio lúdico. Por lo que se procedió a construir una cancha de fútbol-básquetbol de modo que los juegos tuvieran una mayor armonía.

Una bicicleta es sobre todo un viaje a Ítaca (“llegar allí es tu meta \ pero no apresures el viaje”): es el mejor mirador para ver suceder a la ciudad en sus interminables sorpresas, encantos y dramas para entrar inopinada, implaneadamente en calles, callecitas, parques, banquetas, rutas inéditas, como un Marco Polo de la cotidianidad; para detenerse donde la curiosidad lo haga menester: en un mercado, una fachada, una miscelánea, un aparador (Fernández, P. 2005).

ACCIÓN

Construcción de un espacio con rampas para bicicletas y pinta de un mural participativo que contó con la inversión de 2 millones 750 mil pesos.

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