2.1 El Parque Morado de Rancho Alegre
El espacio urbano, esto es, ahí donde tienen lugar el encuentro de los cuerpos apropiándose de aceras y esquinas, tampoco puede aprehenderse como enclave con límites fijos: sólo existe en la medida en que esos flujos acontecen y las prácticas de los transeúntes actualizan su significado (Robledo, E. 2015).
Rancho Alegre es un fraccionamiento ubicado en la carretera a Chapala, tiene unos 15 años de existir. Como es sabido a los fraccionamientos se les pide que dejen un espacio para área verde o parque, al principio cuando hay voluntad de los residentes el parque se mantiene, pero cuando el lugar está inmerso en otras dinámicas, por ejemplo, de lejanía y de desconexión con el centro de la ciudad, a los ciudadanos les comienza a preocupar otra cosa o algunos deciden abandonar la comunidad para vivir más cerca de sus lugares de trabajo y con ello viene el deterioro de casas y espacios públicos.
Esto sucedió en Rancho Alegre, donde la maleza en el parque, la falta de mantenimiento de la cancha de fútbol y los aros de basquetbol fueron opacando la alegría del espacio; lo mismo muestra la resquebrajada casa club, ya sin cables de luz ni baños; con los muros grafiteados, los juegos oxidados y una indiferencia por quien transita por el lugar sólo para llegar de un punto a otro en el coto.
"Entre vecinos se lograron hacer algunas cosas como reforestar un poco. Sembrar árboles nos daba el significado de vida, de que en el fondo estábamos vivos y habitábamos aquí. Buscábamos que volviera el apellido de nuestro Rancho, es decir, lo alegre, como cuando lo encontramos hace casi 15 años que llegamos y esto prometía ser el nido de nuestros sueños", comentaba Estela.
"Pero los árboles algún día tienen que dar frutos, así lo sentimos desde que nos organizamos como consejo social. Durante la convocatoria para las acciones sociales metimos un proyecto: recuperar el espacio que la constructora dejó como un área verde. El proyecto se aprobó y pronto se comenzaron a ver los trabajos, los juegos fueron rehabilitados, se construyeron bancas, una renovada cancha de fútbol con pasto sintético, luminarias y un arenero para los pequeñitos. La casa club en conjunto con los diferentes muros que rodean al parque se llenaron de color y luego de murales, todo en una paleta de colores morados y púrpuras. Sin embargo, la luz y los baños de la casa club no estaban contemplados en el presupuesto. Días antes que entregarán la obra al municipio los vecinos nos aceramos a la Dirección de Obras Públicas y les pedimos que incluyeran esos puntos en el proyecto, entonces a tanto estar ahí, estiraron el presupuesto y ganamos la rehabilitación total de la casa", mencionaba Karla.
"A mí me gustó mucho el mural que está en la cancha de fútbol porque hace referencia al Libro de la selva, además de que me enteré de que lo pintó un muchachito que es de Tlajomulco y estudio en el INDAJO y ahora es artista reconocido, se llama Sirok. Yo pensé que el nombre del parque sería alusivo al Libro de la selva, algo así como parte Mowgli, pero justo antes de ser bautizado, vi que en el Google maps alguien le había puesto “El Parque Morado”, yo me imagino que le puso así para que el del Uber pudiera llegar a recogerlo. Después de que varios vecinos vieron el nombre, así lo empezaron a llamar, y ahora es el parque morado", platicaba Pedro.
El parque poco a poco empezó a tener flujo de personas, había más niños, más adultos, más gente caminando y usando cada rincón del lugar. El color lila que el parque tiene bien podía evocar, según las psicologías del color, tranquilidad y calidez, la misma que se pretende encontrar en el rincón del hogar. En unas semanas se comenzaron a organizar eventos que impactaban a todo el fraccionamiento, aun cuando el parque estaba en uno de los cotos, como fue el concurso de catrinas que tuvo una gran afluencia.
Norma, Adriana, Juan Manuel, Juan Carlos, Rocío, Vicky, Pili coordinados por Maricela, han sido los encargados de cuidar el parque morado, lo podan, lo resanan, lo pintan y lo limpian. Además, cada semana se organizan con los vecinos de algunas manzanas para limpiar las calles, con la condición de que los vecinos los apoyen. Este consejo fue beneficiado con kits de limpieza que utilizan para el mantenimiento del coto. Además de que formamos una pequeña caja de ahorro para comprar cosas que son necesarias como focos, gasolina y aceite para las desmalezadoras, brocas y guantes que se necesitan para la jardinería.
La percepción del Consejo hacia el fraccionamiento ha cambiado: somos parte de algo, y la apropiación de este espacio nos ha devuelto la felicidad con la que llegamos a Rancho Alegre, a veces cuando traemos las desbrozadoras colgadas nos sentimos los cazafantasmas y más cuando en grupo tarareamos la tonada de la canción, nos atacamos de la risa.
Construcción del parque morado en el fraccionamiento Rancho Alegre con una inversión de un millón de pesos y entrega de un kit de limpieza con un valor de 30 mil pesos.
